domingo, 31 de enero de 2010

Alejandro Almazán, Entre perros


Este libro me lo regaló Alejandra del Castillo. Lo primero que vi, luego de la portada, fue la dedicatoria escrita por el autor:

Tío Galván:
Esta pequeña bulldog es cortesía de mi tocaya Ale del Castillo.
Según Élmer, tiene rabia.
Ya verás que por aquí ocurren tiros de gracia, rafagazos, amistades truncadas y tipos salidos del infierno.
Un abrazo.
Dic. 009
¡Fúmese después de leer!

Un día después de haberlo recibido comencé la lectura. Ésta abarcó del 9 de diciembre del 2009 al 7 de enero del 2010. Así es que tuvo como telón de fondo las fiestas navideñas y de año nuevo.

Entre perros es la primera novela del cronista Alejandro Almazán. Su estilo es ágil, sencillo y respetuoso de las formas propias del habla (y la escritura) de los personajes. Gira en torno a la amistad de tres sinaloenses nacidos en el poblado perdido de Diosmío: Diego, el periodista narrador; Carlos, el Rayo, empresario de box; y Ramón, el Bendito, sicario de diversos carteles del narco. Son unos cuantos días en los que se sitúa la historia, pero los retrocesos nos permiten ver y entender las acciones de los diversos personajes y los lugares geográficos dónde ésta se desarrolla.

La novela plantea el modus operandi de los capos del narcotráfico: sus relaciones políticas con personajes clave del gobierno, sus luchas intestinas por apoderarse de mercados, sus ejércitos de sicarios y sus prácticas de muerte, sus traiciones, en fin, todo aquello que nos llega a cuentagotas en los relatos periodísticos amarillistas que no nos explican una realidad sino que sólo nos muestran los retazos que de un tiempo a la fecha tiene consternada a la sociedad mexicana.

Almazán combina seres ficticios y los hace convivir con otros seres, construidos con pedazos de personas de carne y hueso, sobre todo de la vida política. Así, un personaje que aparece como la esposa del presidente, por los rasgos que muestra, nos hace pensar indudablemente en Marta Sahagún. Tal vez por ello el novelista se vea precisado a aclarar, en la página de agradecimientos, su deuda con la ficción: “Y gracias a la ficción; no importa que, a veces, la realidad la aplaste como quizá ocurra con esta novela que es eso: ficción”.

Le recomendamos, amigo/a lector/a que pase su vista por Entre perros. Tendrá, a lo largo de la lectura, el fondo que le da la información periodística del día a día: Que si el presidente declara que va ganando la guerra contra el narco, que si el narco efectúa seis ataques contra la policía federal en Michoacán y deja otros tantos muertos, que si en Chihuahua 27 personas fueron ejecutadas en dos días, que si ayer hubo 38 asesinatos ligados al narco, que si desaparece la mayoría de los testigos protegidos, que si en Morelia ocurren ataques con granadas y se dan tiroteos en distintas partes de la ciudad. Es más que sugestiva la combinación lectura de ficción-lectura de la vida real.

Finalmente, Entre perros nos recuerda nuestra propia realidad: vivimos amenazados por el autoritarismo gubernamental, omiso a veces, excesivo en otras; y el poder del narco que cada día domina más y más espacios de la vida pública.

José Antonio Galván Pastrana
Colonia Moderna
31 de enero de 2010

1 comentario:

La Baronesa Rampante dijo...

Y el libro le gustó al Profe.
Final feliz.