viernes, 19 de marzo de 2010

Rubem Fonseca, Ella y otras mujeres

Para Sofía, por sus 27 años
y el inicio de su vida laboral


Me encontraba a la mitad de la lectura de El contador de historias, de Rabih Alameddine (325 de sus 660 páginas), cuando tuve que ir a las oficinas de la revista Nexos a renovar mi suscripción. Ahí me regalaron Ella y otras mujeres y sin pensarlo dos veces comencé a leer ese libro de cuentos. En mis pocos ratos libres lo caminé todito del 26 de febrero, día en que llegó a mis manos, al 4 de marzo. Eso implica que esta compilación se transita muy rápidamente.

Rubem Fonseca contaba con 81 años cuando publicó este libro (en 2006) cuyos personajes, usted lo adivinó querido/a lector/a, son mujeres. Además de Ella, que no aceptaba que al hacer amor se hablara de filosofía, conocemos las intimidades de la profesora Alice; de Belinha, Olívia y Xânia, las enviadas del Despachador; de Carlota, la que perdió la maleta; de Diana, la gustosa del sadismo; de la incansable e insaciable Elisa; de la incorregible Fátima Aparecida; de la autoviuda Francisca; de Guiomar, la que derrotó al machismo; de Helena, la periodista que acabó con la reputación de un empresario; de Heloisa la pecadora.

Ademas de las existencias de Jéssica, la engañadora; de Joana, la fea salvada por el amor; de la escritora Julie Lacroix; de Karin, la violentada; del trágico fin de Laurinha y Lavínia; de la traviesa Luíza; de la chateadora Marta; de Miriam, la que sentía un objeto extraño en la garganta; de la cleptómana Nora Rubí; de la trabajadora y sumisa Raimundinha; de Selma, la enfermera; de la anciana Teresa; y de Zezé, que en realidad se llamaba Josefa y que por un orgasmo mató a un hombre.

Historias breves producidas y reunidas por la pluma de Fonseca, en un tiempo cercano al nuestro: la Internet y los teléfonos celulares también forman parte del ambiente. Vemos el encuentro de hombres con mujeres que dan rienda suelta a sus instintos amatorios.

Con estilo ágil, atractivo, el autor nos seduce desde la primera línea y hasta la última gracias a nuestra debilidad lectora marcada por el morbo, que en términos literarios llamamos erotismo.

José Antonio Galván Pastrana
El Bohío, Tecolutla, Ver.
19 de marzo del 2010

3 comentarios:

Sofia Galvan dijo...

papi!! Muchas gracias por dedicarme la narración de esta historia!! Pero si ya llevo trabajando hace más de 3 años :) Te quiero mucho!! Desearía tener más tiempo para leer como tú!! tqm!! Chinita :)

JIMI CLAPTON PAGE dijo...

Hola Profe, Sin duda estoy de acuerdo con eso del morbo y el erotismo (algo asi como los numeros arabigos y los Romanos, se escriben diferente pero significan lo mesmo jajaja), a proposito, leyendo sus blogs pasados (2007 y 2008) ya me sonsacó (corrijame si lo escribí bien) para leer "Las intermitencias de la muerte" de Saramago, yo ya había leído "Ensayo sobre la ceguera" y me estremeció, por cierto le recomiendo la pelicula que hace poco salió con Gael García y Julianne Moore, es bastante buena y sobre todo cruda. Reciba un cordial saludo!!

Yelenia Cuervo dijo...

Conocí a Fonseca, tardíamente. Era una buena estudiante del diplomado en creación literaria que imparte la célebre Escuela de la Sociedad General de Escritores de México.
En fin, me encuentro con él me turbó. Así que su narración me parece un elogiable hallazgo para mi filosofía y mi modo de vida:desnudas las páginas de un erotismo nombrable.