A Elvira, por su condecoración “Leona
Vicario, Madre de la Patria”.
En Semana Santa las sirenas de van de vacaciones. Abandonan
sus puestos habituales en medio de las aguas oceánicas y se sumergen en el mar.
Sus cantos se dejan de escuchar y los marinos de todos los
confines empiezan a extrañarlas.
Poco a poco les invade la nostalgia: algo les falta, pero
ellos no alcanzan a precisar qué.
Mientras ellos añoran lo que no saben, ellas se pierden en
el descanso.
Algunas duermen profundamente y son invadidas por los sueños
más extraños.
Otras se entregan a la charla y con palabras construyen
sueños imposibles y los hacen posibles.
Las menos se ponen a leer, y en la poesía, el cuento y la
novela, encuentran las rimas, las historias, los ambientes y los personajes con
los que se identifican: versos que quisieran ser rimados por ellas, vidas que
quisieran ser vividas por ellas, ambientes que quisieran ser habitados por
ellas, personajes que quisieran ser representados por ellas.
Al terminar la Semana Santa muchas no regresan a sus
puestos: resucitan en los brazos de un hombre convertidas en mujeres de carne y
hueso, y hacen de su vida entre los humanos el espacio perfecto para obtener y
dar felicidad.
La lectura nos hace libres y felices.
José Antonio Galván Pastrana
Colonia
Narvarte, CDMX
22 de marzo
de 2016
1 comentario:
Maestro siento mucho lo de su mami, la mía en marzo de 2017 cumplirá apenas 80 años. Mi padre me decía que la muerte es parte de la vida y muy democrática además.
Es usted un gran escritor maestro y un gran ejemplo para mí. Tiene un gran pensamiento sociológico.....
Gracias pos su valioso apoyo..
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