lunes, 20 de agosto de 2007

Luis Leante, Mira si yo te querré

Premio Alfaguara 2007

Del 8 al 17 de agosto me di a la tarea de leer esta novela. De su autor no tenía ninguna referencia, así que sólo la leí por ser la ganadora, por mayoría de votos, de este premio que año con año otorga la editorial Alfaguara.

La historia que se narra en Mira si yo te querré es, como la vida misma, una sucesión de coincidencias.

La vida de los personajes principales, Montserrat Cambra y Santiago San Román está marcada, justamente, por la línea que los junta y las muchas líneas que los separan. Gracias a la primera se conocen, y por culpa de las otras se desunen hasta volverse nuevamente a encontrar en las condiciones que hacen de su relación un imposible.

Espacio que va de Barcelona al desierto del Sahara y que, en un tiempo convulso, nos permite ser testigos-lectores de las acciones de los personajes.

Vemos caminar a Montse, colegiala y luego profesionista de la medicina. Hija de un matrimonio conservador y con alto prestigio social, esposa ejemplar de Alberto y madre de Teresa, pero sobre todo mujer enamorada para siempre de Santiago.

Vemos caminar a Santiago, el analfabeto funcional que esconde su procedencia en la verbalización de su mundo imaginario, el legionario que se va al Sahara a tratar de conservar para España su posesión en el desierto, el amigo de los saharauis que termina siendo uno de ellos hasta perder su identidad y convertirse en demonio.

Mira si yo te querré nos permite palpar las diferencias de los mundos y las culturas que sólo son unidos por el pegamento de la amistad. Creo que ésa es la mayor contribución de esta obra literaria: voltear la vista al entramado firme que se teje por y gracias a los amigos.

J. Antonio Galván P.
20 de agosto del 2007
Tláhuac, D. F.

1 comentario:

angeles y luz dijo...

Creo que hay más…es la sensación de perder lo que no se tuvo pero se toco…creo que es la posibilidad que todos debemos darnos para salvarnos de la monotonía y de la vida que a veces nos ahoga…ciertamente no tenemos un desierto para fugarnos, pero… porque no ir de la mano con el ganador del premio Alfagura…que sepa Dios quién es